Hay un hormona en nuestro cuerpo que se llama cortisol y tiene diversas funciones una de ella es ser la hormona del estrés, cada mañana ayuda a que nuestro cuerpo pueda enfrentar el desafío enorme de levantarse luego de estar varias horas en pleno descanso, pero para que funcione debe tener a lo menos 45 minutos de sol, es como su carga de energía para así poder funcionar y hacer que nuestro cuerpo pueda enfrentar los desafíos de cada día.
Es lo mismo con nuestra vida, somos seres humanos que necesitan rayos de luz cada día para poder tener la fuerza y el valor para vivir los desafíos que tenemos, pero a veces no podemos ver los pequeños rayos de luz, a veces realmente estamos en completa obscuridad y no solo por un día a veces por semanas e incluso meses. Sentimos que es una tras otra, problema tras problema, que mientras salimos de uno vienen tres más y nos cegamos, perdemos la capacidad de ver y peor aún de sentir esos rayos de luz de nos nutren para tener esperanza y fe en que verdaderamente todo saldrá bien
Una de mis escrituras favoritas es "Basta al día su propio mal". Cuando siento que las cosas se ponen difíciles, que el cansancio me gana, cuando aparecen malos sentimientos, cuando alguien nos hiere o cuando nosotros hacemos las cosas mal, me repito esa escritura y verdaderamente trae paz a mi corazón. Vivir cada día a la vez, entregando lo mejor de nosotros siempre traerá consuelo a nuestra alma.
"Duerme en paz esta noche. Dios es más grande que cualquier cosa que enfrentes mañana"
Cuando me empiezo a cegar con la obscuridad y no soy capaz de sentir los pequeños rayos de luz me digo la célebre frase del presidente Monson: "Tu futuro es tan brillante como tu fe". y comienzo a pensar en todo lo maravilloso que vendrá a lo largo de mi vida y que lo que esté pasando ahora tendrá fin, es esperanzador pensar en las cosas buenas que vienen y te llena de energía para seguir intentándolo cada día.
"Sigan tratando, sigan confiando, sigan creyendo, sigan progresando. El cielo los está animando hoy, mañana y siempre"
A veces de verdad no ocupamos los sentidos y los dones que tenemos para salir adelante de cualquier situación. nuestra familia,nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo o de universidad, nuestros amigos de la iglesia, los vecinos, algún extraño en la calle que es amable con uno, alguna sonrisa, la oportunidad de prestar servicio a los demás, esos son pequeños rayos de luz en nuestra vida.
Recarguémonos de rayitos de sol necesarios para enfrentar el día, tengamos fe y esperanza en que cosas mejores vendrán. Como le digo a algunos pacientes que sienten mucho dolor, "no hay dolor que dure para siempre" sólo tenemos que confiar plenamente en las promesas de nuestro Padre Celestial y Jesucristo, cumplir con lo que nos pide y hacerlo de corazón y les prometo que todo absolutamente todo estará bien.