El inicio 🙈


Una de mis metas este año es: ¡ésta! ¡un blog! Debo confesar que me gusta mucho escribir, y que constantemente estoy teniendo ideas y pensamientos sobre muchas cosas, a veces las anoto y las hago, la mayoría del tiempo quedan en la mente nada más... ¡Es momento de cambiar eso! Así que, los invito a esta nueva experiencia, que salgamos fortalecidos y con esperanza cada vez que escribamos y leamos lo que aquí habrá, porque la idea es esa, que esto no sea un blog de contar lo que me pasa cada día, para eso están los diarios de vida, sino algo que nos haga pensar, meditar y cambiar.

Thank U, NEXT!

Si tuviera que definir este año me nace del alma decir: PENCA.

Nunca me he caracterizado por andar adornando ni disfrazando las cosas que creo o siento, tampoco llenando de discursos que no puedo aplicar a mi vida o que en verdad me cuestan, así que me ahorro el discurso que viene añadido después de cada fin de año de que las cosas a pesar de todo fueron buenas, para mi este año no lo fue.

Es difícil para mi escribir sobre esto, siempre he pensado que exponer lo que uno siente y piensa en lo profundo del alma te vuelve en cierta forma vulnerable, pero creo que quizás alguien más se ha sentido o se siente como yo este año, así que no me importa mucho los juicios que pueden hacer al leer, pero si a ti, que estas leyendo esto te sirve y te hace sentir menos solo, me doy por pagada.

Este año en Febrero el bus con el que íbamos a La Serena chocó con un camión y hace una semana una moto me atropelló. Tuve las prácticas clínicas que más he odiado en mi vida, esas que te hacen desear que ojala te pasara algo para no tener que ir. Tuve los ramos más desorganizados, los de mayor estrés, los que más me cargan. Subí 13 kilos, dejé de hacer deporte, me diagnosticaron resistencia a la insulina. Intenté ir a Instituto sola y fracasé. Cada vez vi menos a mis amigos, cada vez son menos. Hubieron problemas a mi alrededor, muchos, en los que no tenía nada que ver, pero me afectaron profundamente. La gran mayoría de mis metas personales no las cumplí. Me endeudé. Tomé muchas malas decisiones. La lista sigue, pero ya quedó claro que fue un año difícil.

Pudieron haberme pasado muchas cosas de distinta índole, pero lo peor que pudo haberme pasado fue perder el norte y no saber con claridad quién soy. En la universidad tuvimos un curso de psicología, nos hicieron dibujar un árbol, que por lo que entendí es como un radiografía de tu interior. Ahí salía claramente que estaba pasando por una crisis de identidad, que tenía mucha angustia, que era insegura y que no pedía ayuda. Buenísima combinación, no? Pero por lo menos salía que era una persona positiva y que me lograba adaptar a las situaciones. También nos hicieron un curso de medicinas integrativas, acupuntura, Tai Chi, flores de Bach y la vez que me ofrecí a la terapia la profesora dijo que no podía hacérmela porque había mucho miedo en mi que ya estaba consumiendo mi energía, la terapia la alteraría y bajaría. Las personas que me conocen saben que amo estar de cumpleaños, que los disfruto y mi familia y amigos siempre se esfuerzan mucho por hacerme sentir especial ese día. Cuando todos se fueron lloré, lloré como nunca, no entendía como me sentía tan desdichada en un día como ese. Esas son solo algunas de las cosas que daban claridad a lo que me estaba pasando: mi alma se había apagado, esa pasión que me caracterizaba por la vida y por hacer cosas ya no estaba, siempre estaba triste, pensativa y cansada, no sabía que quería hacer, solo sabía lo que debía hacer, no sabia quién era, me había perdido a mi misma.

Recurrí a todas las cosas posibles: escrituras, oración, ayuno, templo, estar con mi familia, no hacer nada, dormir, hacer deporte, bailar, cantar, trabajar más, hacer cosas nuevas, lo que sea, estaba desesperada, no lograba sentir nada, nada me llenaba. Solo lo seguía intentando cada día, me aferré a mi testimonio del evangelio, del amor de Dios, de que Él contesta las oraciones, de que Él escucha, de que Él estaba ahí aunque no le veía, de que sus promesas se cumplen, de que había gente que me estaba apoyando aunque no lograra entender lo que me pasaba y le desesperara que esa Javiera que conocían se había apagado.

Hubo un punto en que ya no quería seguir viviendo y salen lágrimas de mis ojos al recordar esos momentos. Solo oraba cada día por ser valiente y fuerte.

Increíblemente, aunque no quería, Dios me ayudó y me dio un ángel más. Me regaló un amor puro y tangible, un hombre grande y protector y al mismo tiempo tierno y servicial. Un hombre que me amó en mi peor momento y en mi peor versión, me tuvo paciencia cuando ni yo misma me la tenía. Me ama con todas mis imperfecciones y ve mas allá de lo que yo veo de mi misma. Un puerto seguro, lleno de alegría y optimismo. Lleno de fe, lleno de caridad.

Me encantaría decirles que desde que estoy con él mis problemas se solucionaron y me siento bien y volví a estar llena de vida, pero no es así. Un amor de película no va a solucionar los problemas que debes solucionar por ti misma, esos problemas que hay en tu interior. Pero para mi, ha sido un fuente de valentía y de fortaleza. El señor siempre nos otorga lo que necesitamos, en el momento perfecto para seguir adelante.

Con todo esto que me sucedió este año maduré a pasos agigantados, fui enormemente bendecida y estoy agradecida, nunca había aprendido tanto de la vida como he aprendido ahora. Reforcé verdades que ya conocía, descubrí y atesoré en mi corazón otras que me faltaban.

Cristo nos ama de una manera perfecta y eterna.
Su expiación es real.
Cristo vive y es mi Salvador.
Siempre hay alguien tangible demostrándonos su amor en momentos de aflicción y pesar.
No estamos solos.
Los problemas siempre se solucionan mejor de a dos.
No eres débil por pedir ayuda.
El Padre Celestial escucha tus oraciones y las contestará en el tiempo preciso y de la manera precisa.
Toda adversidad es para tu bien.
Siempre hay algo bueno que aprender.
La cosas mejorarán en algún momento y si no, si haces todo lo que debes hacer, tendrás tu recompensa y tu descanso.
La justicia divina es real.
Aléjate de quienes te hacen daño por gusto y si no puedes salir de allí, enfréntalos, nadie tiene el derecho a hacerte sentir mal y tu tampoco a los demás.
Perdona y pide perdón.
Ama y ámate, con toda tu alma.
Cree, en ti, en las personas, en Dios, en el futuro.
Actúa, siempre intenta hacer el bien.






Eres importante sólo por ser TÚ

No es una novedad que vivimos comparándonos tooooodo el día con los demás. Todos hemos caído en ese juego, algunos más que otros, claro. Muchas veces me he escuchado a mi misma decir: Ella es más bonita, es más flaca, es más inteligente, es más graciosa, es mejor en este deporte, etc etc etc. Y la verdad es que sí, siempre hay alguien mejor que nosotros en algo, pero eso no es lo importa.

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 "Cuando menospreciamos nuestra singularidad o intentamos coincidir con los estereotipos ficticios —estereotipos impulsados por una insaciable cultura de consumo e idealizados por las redes sociales más allá de toda comprensión posible— perdemos la riqueza de tono y timbre que Dios deseaba al crear un mundo de diversidad."

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 A veces cuando veo alguna multitud me pongo a observar la maravillosa diversidad que existe entre nosotros. Distintos tipos de cuerpo, distintos colores, distintos tonos de voz, distintas miradas, distintos dones y distintos talentos. Sin duda la creación del Señor es una obra espectacular, podemos testificar de ello tan solo con vernos unos a otros.
El afán de querer ser perfectos, aceptados y queridos por todos no es sano, porque inevitablemente siempre le caeremos mal a alguien y habrá algún chino que nos de paliza en cualquier cosa que hagamos. Ese deseo sólo logrará desanimarnos e invalidarnos, es por eso tan importante recordar lo siguiente: "En esos días en que nos sentimos un poco desafinados, un poco menos de lo que pensamos que vemos u oímos en los demás, pediría a todos nosotros, que recordemos que es por designio divino que no todas las voces del coro de Dios son iguales. Para enriquecer la música, se requiere variedad: sopranos y contraltos, barítonos y bajos." "El Señor no espera que trabajemos más duro de lo que podamos. Él no compara nuestro esfuerzo con el de los demás, ni tampoco nosotros debemos hacerlo. Nuestro Padre Celestial sólo nos pide que demos lo mejor de nosotros, que trabajemos con toda nuestra capacidad, sin importar cuán grande o pequeña sea."

Esa variedad tan exquisita que existe en nuestro planeta va más allá de una visión superficial de nuestro cuerpo y nuestra belleza. Va ligada directamente a nuestros dones y talentos y lo que podemos hacer por los demás con ellos. Sin olvidar que no debemos dejar de cultivar talentos y de pedir dones para sobrellevar nuestra existencia y cooperar con la de los demás. "Porque no a todos se da cada uno de los dones; pues hay muchos dones, y a todo hombre le es dado un don por el Espíritu de Dios. A algunos les es dado uno y a otros otro, para que así todos se beneficien."

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 Una de las cosas que más me encantan de vivir es que cada uno tiene su propio mundo; mundo que compartimos con los demás y a su vez ellos también comparten sus mundos con nosotros. Mundos compuestos por papás, abuelos, hermanos, tios, amigos, pareja, compañeros de clase, compañeros de trabajo, miembros de la iglesia, vecinos etc etc etc.

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 En realidad creo que todos merecemos ser lo más importante en el mundo de alguien más después de Dios y su evangelio, ocupar ese espacio reservado exclusivamente para ti, ser la mejor amiga de alguien, el amor de la vida de alguien, el hijo, hermano, nieto de alguien. Me siento agradecida por el echo de que alguien me haga sentir especial, amada e importante por quien soy y por lo que puedo entregar.
"Crean en sí mismos y crean en Él. No menosprecien su valor ni menoscaben sus aportaciones. Sobre todo, no abandonen su función en el coro. ¿Por qué? Porque ustedes son únicos; son irremplazables. La pérdida de aunque sea una sola voz debilita a todos los demás cantantes de nuestro gran coro terrenal, incluso la pérdida de quienes sienten que están en los márgenes de la sociedad o en los márgenes de la Iglesia."

Dejemos de compararnos con los demás y florezcamos a nuestro tiempo y a nuestra medida. 💕

¿Mala suerte?

Estos meses que han pasado en serio han estado llenos de desafíos. Ha decir verdad me encantan los desafíos porque me ayudan a reconocer facetas de mi que sólo aparecen en momentos distintos al día a día y así poder ver que tengo que cambiar o que cosas estoy haciendo bien.

 Hubo un tiempo en que, como diría mi mamá, estaba meada de perro y de gato, todos los días pasaba algo, en serio. Les contaré una de mis tantas experiencias. 

 Cuando estaba a punto de terminar mis prácticas me enfermé de influenza ya que en el hospital en el que estaba había un brote y me contagié. Me dieron licencia, así que falté a mis tres prácticas, pero había una de ellas que si faltabas un día te echabas el ramo. Lo bueno es que como fuimos varios los que tenían influenza se compadecieron de nosotros y nos hicieron firmar un compromiso de que no faltaríamos más a práctica y de que nos sacaríamos sobre 4.0 en el examen final si o si. Con esta condicionante en mente, era viernes, día de práctica final en el CESFAM de Peñalolén. Tenía que llevar unas cartulinas porque íbamos a educar a un adulto mayor sobre la diabetes, dónde tiene que pincharse, tipos de comida, etc, así que la cartulina de verdad que era muy importante. Salí una hora antes en un viaje que usualmente me demoro 40 min, tome la micro y al siguiente paradero me acordé que no llevaba las cartulinas y dije; ¡LAS CARTULINAS! me bajé de la micro y fui corriendo a mi casa, literal corriendo y para darme ánimo decía: bueno, me sirve de ejercicio matutino. Saqué las cartulinas y saliendo se me cayeron al barro porque había llovido ayer y dije: ¡¿EN SERIO?! ¿JUSTO AHORA?. Las limpié y un caballero que siempre está en las mañanas que vio la situación dijo: chuta que tiene mala suerte. Salí corriendo a tomar la micro de nuevo y no pasaba ninguna y las que pasaban no paraban porque iban llenas. Desde que salí de mi casa la primera vez hice una oración para que las cosas salieran como las había planeado hoy: que pudiese llegar a tiempo y que nos fuera bien con la visita al paciente, pero todo estaba yendo mal así que la oración comenzó a transformarse en un: Por favor ayúdame a llegar a tiempo, que la micro se vaya rápido, que pase luego. y eso no sucedió. Llegue al metro y corría por el intermodal para pillar el color correcto y mientras oraba pidiendo que justo estuviera el color de la estación, que no hubiese mucha gente y adivinen que? justo estaba el metro que necesitaba, pero no alcancé a subir y se cerró la puerta en mi cara. Me sentía tan frustrada porque en serio estaba dando todo de mí, corriendo, tratando de tener ánimo, etc. aún quedaba la esperanza de llegar justo a tiempo. Cuando iba en la primera parte del metro oraba pidiendo que en la segunda parte cuando hiciera combinación alcanzara a tomar el color de la estación para poder llegar a tiempo a la micro que me lleva al CESFAM y adivinen qué? corrí y corrí para hacer combinación y de nuevo se me cerro el metro que necesitaba justo en mi cara. Ya era obvio que iba a llegar tarde, pero por 5 o 10 min así que cambié la oración para que por favor la profe llegara tarde y nadie se diera cuenta de que llegaría tarde, porque la profesora tiene el poder de devolverte a tu casa y ponerte ausente por llegar tarde, ya estaba condicional de echarme el ramo si faltaba una vez más, y si me echaba el ramo me atrasaba un año y no podría ir al otro semestre a comunitaria que es lo que más me gusta, además de pagar 4 millones extra, así que en resumen estaba con la media pera. Oraba pidiendo un milagro con toda la fe posible. llegue al paradero de la micro, la tomé y no ubicaba bien donde bajarme así que le pregunté a una señora y me dijo: aquí está el CESFAM, le dije: ¿segura? me dijo que si, así que me bajé y adivinen qué? ¡ME HABÍA BAJADO 4 PARADEROS ANTES! atiné a correr y a orar pidiendo un milagro, pedía que la profe hubiera llegado tarde porque es conocida por ser estricta y exigente, mientras corría me fijaba si venia algún taxi y todos venían llenos, hasta que pude tomar uno. Llegue media hora tarde y dije: ya, si está la profe, le cuento todo lo que me pasó, apelo a su misericordia y si me devuelve a mi casa me pongo a llorar para que me deje en la práctica y así no echarme el ramo. 

 Estaba la profe, le conté todo entre jadeo y tratando de respirar por haber corrido tanto y me dijo: ya siéntese y póngase a trabajar. Me sentí la persona más afortunada del planeta y solo atinaba a dar gracias al Señor en mi mente y a darle las gracias a ella por haberse compadecido de mi. 

 Tenemos "la tendencia del “hombre natural” de exigir con impaciencia e insistir incesantemente recibir las bendiciones que deseamos y que creemos merecer". Aunque lo que pedí fue cumplido, no fue de la forma en que quería y esperaba, pero que si era necesario para mi. Debemos ser humildes para aceptar lo que necesitamos por sobre lo que queremos. “Debemos tener una fe firme en el Salvador para aceptar sumisamente Su voluntad y Su tiempo en nuestra vida, incluso si el resultado no es lo que deseamos o esperamos”.
“Dios espera y confía en que enfrentemos la adversidad temporal con Su ayuda, aprendiendo lo que debemos aprender y siendo lo que debemos llegar a ser en la eternidad”. Muchas de esas cosas que deseamos realmente las necesitamos. Él sabe que tenemos necesidad de todas las cosas, pero debemos pedírselas. 

 Es necesario que “obtengamos la fe de que el Señor está al mando, sea cual sea el resultado, y que Él nos guiará desde donde estamos a donde tenemos que estar. Al orar, nuestras súplicas deben pasar de ‘Te suplico que’ a ‘Te suplico que me des la fe para aceptar cualquier resultado que Tú hayas preparado para mí’”. Él siempre hará lo que es mejor para nosotros, porque nos ama y tiene una visión mucho más amplia de lo que nosotros podemos ver en el momento, aunque eso signifique ponernos al límite física y emocionalmente.
“La rectitud y la fe son fundamentales para mover montañas, si el mover montañas cumple con los propósitos de Dios y está de acuerdo con Su voluntad. Además de comprender que no se trata de que Él hará lo que pedimos, sino que Él puede hacerlo. Tenemos que creer que Él puede hacerlo; y luego, si lo hace o no, depende de Él.” 

 “No sé por qué algunas personas aprenden las lecciones de la eternidad a través de las pruebas y el sufrimiento, mientras que otras las aprenden por medio del rescate y de la sanación”. Pero si sé que todo lo que pasamos por esta vida, si lo sobrellevamos bien, será para nuestro provecho y nos servirán de experiencia.

La esencia del amor

El concepto amor esta tan trastocado que creí sería bueno compartir que es el amor para mí, pero no crean que me voy a poner cursi y decir cosas clichés.

Una de las cosas que más pena me da es cuando dicen que el amor es malo, que trae problemas, que no vale la pena, que es una pérdida de tiempo, que duele y muchas cosas de ese estilo.  La verdad, no puedo imaginar la experiencia que hayan vivido para pensar que el amor es eso, pero claramente esas definiciones no van al caso.

La mayor bendición que podemos recibir en esta vida es dar y recibir amor. He sido tan amada que he creído que nunca podría alguien amarme más y he amado tanto que he creído que no podría amar a nadie más de esa forma. 

Ser amados nos da fuerza y amar a los demás nos da valentía. El verdadero amor es poder, es gozo, es diligencia y perseverancia, es paciencia, es perdón, es progreso, es servicio, es libertad, es perfecto. Somos nosotros los que ensuciamos el amor con nuestra imperfección, con nuestras malas decisiones.
                 
                            
                                 "El amor nunca se rinde"

Siempre he pensado que nosotros simplemente debemos amar a los demás, dejar que el amor fluya, que corra, no hay que dejarlo dentro, aunque no sea correspondido ni siquiera en intensidad, cada vez que amamos los que ganamos somos nosotros. Porque amar es algo divino, nos purifica, nos eleva, nos fortalece, nos vuelve humildes. Pero ¡hay que ser mansos, pero no mensos!

Podría contarles las incontables veces que me han roto el corazón y no hablo solamente de una manera romántica sino también de amistad, de vínculos, etc. La mayoría me diría, pero Javiera! entregas mucho, sientes mucho! y si es cierto, pero no me arrepiento, cada vez que he dado y que he sentido amor aunque no sea retribuido, aunque no sea valorado, aunque no sea apreciado la que siempre ha ganado más he sido yo. Porque he sentido lo maravilloso de amar y de entregar amor, es un sentimiento que purifica nuestro espíritu, que ennoblece nuestra alma, nos hace un poco más celestiales y esa es una de las mayores bendiciones que podría tener, sentir que toco el cielo.

Es necesario que demostremos amor a los demás, en actos primeramente y luego en palabras, el amor al igual que la fe es de acción. No podemos decir que amamos sino lo demostramos.  El amor nos mueve, sino nos estamos 'moviendo' no es amor. 
                     

Muchas veces he deseado sentir el amor de cristo y de mi padre celestial de manera tangible, sentir sus abrazos de felicitaciones o de consuelo, una historia graciosa para alegrar las penas, que limpie mis lágrimas cuando me siento frustrada, que me entregue su sabiduría perfecta cuando necesito guía. Ellos no pueden bajar y darnos ese amor tangible, pero nos ha puesto a nosotros para comunicar su amor a los demás. Somos los responsables de entregar ese amor divino.

Hay personas que creen que las muestras de amor deben ser complejas, extraordinarias y sufridas, cuando en realidad las muestras de amor deben medirse por la intención del corazón. Cuando tu mamá te regalonea, cuando tu papá te da un consejo, cuando tus hermanos te ayudan en tus tareas diarias, cuando tus amigos muestran preocupación sincera por ti, cuando tus maestros se preocupan por tu progreso, cuando tus abuelos te preparan cositas ricas y te dan regalitos.

Seamos personas fáciles de amar y amemos a los demás, porque todos merecemos un poco de amor celestial.








No hay que dejar de sentir

Me he dado cuenta con el tiempo que la gente cada vez reprime más sus sentimientos

Como si el problema estuviese en sentir y no en que hacemos con lo que sentimos. Como si sentir rabia, pena, frustración, decepción, etc fuese algo malo y que el solo hecho de sentirlo te hiciese una mala persona.

Una de mis escrituras favoritas es "por sus frutos los conoceréis", llevando esto a la vida, las malas personas se definen principalmente por las cosas que hacen, por la impulsividad, por el poco autocontrol de sus sentimientos y por lo que generan sus acciones y que todo esto sea de manera constante, porque no podemos definir a una persona por 1 o 2 errores. El arrepentimiento y el enmendar siempre estan disponibles para aquellos que desean cambiar su corazón.

Cada vez que sentimos y somos capaces de reconocer que tipo de sentimiento es podremos generar una respuesta eficaz ante la situación que lo genera y no alimentarlo más si es que solo va a empeorar la situacion o hacernos sentir peor, sino vivirlo en la intensidad adecuada y no repetirlo de manera masoquista. Así cuando ocurran situaciones que provoquen que el sentimiento aparezca de nuevo sabremos como actuar hasta que lo manejemos en su totalidad.

La gente cree que ocultar los sentimientos significa ser fuerte. Cuando realmente ser fuerte es manejarlos, canalizarlos y transformarlos en cosas buenas. Ocultar lo que sentimos solo nos lleva a una acumulación que tarde o temprano va a explotar. Es por eso tan necesario que tengamos a una persona por lo menos en quien confiar y poder decirles con toda libertad que nos sucede, como nos sentimos y porque nos sentimos asi.

                 

Personalmente, la capacidad de sentir emociones es uno de los regalos más grandes que puedo tener. Me encanta vivir cada emoción en su justa medida para luego dejarla ir. Esto me ha hecho ser auténtica, honesta conmigo misma y me ha ayudado a reconocer las cosas que debo fortalecer o cambiar en mi vida.

                         
Cabe recalcar que los únicos sentimientos que debemos alimentar son aquellos que entregan paz y felicidad a nuestra alma. Tales como el amor, la esperanza, la ilusión, la compasión, la empatía, el gozo y muchos otros más.

Espero de todo corazón que puedan tener siempre a alguien tangible a quien abrazar, mirar a los ojos y sentir que de verdad los escuchan, que sienten interés sincero por ustedes, por sus sentimientos y que no los juzgarán. Y espero tambien que seamos así con los demás.





Lo que de verdad importa

Estoy asistiendo a un curso en mi carrera donde te ayudan a reforzar tus técnicas de estudio y tu forma de ocupar el tiempo. Le conté a la directora de carrera todas las cosas que hago y que mi verdadera preocupación más que el estar cansada física y mentalmente era el estar haciendo las cosas que de verdad importan.

Estamos en un mundo que nos promociona infinitas cosas que podemos realizar tales como; viajar por el mundo, hacer múltiples deportes, salir con nuestros amigos todos los fin de semana a lugares entretenidos, asistir a todas las actividades de la iglesia y también a las que no son de esta, tomar miles de cursos para aprender cosas nuevas, leer cientos de libros y ver miles de películas y así muchas cosas más. Si bien todo esto nos hace bien, nos hace felices y nos da un montón de experiencias maravillosas no quiere decir que realmente sea necesario, trascendental o irremplazable.

Muchas veces incluimos actividades en nuestra vida que nos aportan un bienestar momentáneo, que no generan trascendencia en nuestras vidas y que están dentro de las cosas buenas, pero no las excelentes. y a veces es difícil notar la diferencia entre las cosas buenas y las cosas excelentes, olvidamos que el objetivo principal es satisfacer las necesidades esenciales y complicamos nuestra existencia con múltiples actividades en vez de simplificarla.


Hay cosas que debemos realizar si o si porque son necesarias, tales como trabajar, estudiar, hacer deporte, dormir las horas suficientes, tener momentos de calidad a diario con nuestras familias, disfrutar con amigos y fortalecer lazos, cumplir con nuestras asignaciones en los diversos grupos o credos en los que participemos, fortalecer nuestra relación con Dios, servir a las personas que necesiten, visitar a nuestros familiares, si están conociendo a alguien dedicar un tiempo para conocerle de verdad y si están con alguien dedicarle tiempo para amarle de verdad y no por redes sociales, sino en vida real, etc. 



Siendo honesta, si para hacer todo lo que 'debemos' hacer nos falta tiempo, se imaginan cuanto tiempo aún más nos falta para hacer lo que 'queremos' hacer? y aquí es donde me quiero detener. Hace un par de años en un devocional de instituto una autoridad dijo algo que cambio mucho mi forma de ver la vida y sus matices: "Se nos dice que tenemos que alcanzar el equilibrio en nuestra vida diaria, pero eso es imposible. Somos como aviones que a lo largo del viaje inclinan sus alas hacia un lado, luego al otro y a veces están a la misma altura según la necesidad del viaje y las pruebas que presente. a veces nos inclinaremos hacia los estudios, hacia la familia y a veces hacia el trabajo" 

"Puedes hacer cualquier cosa pero no todo"


De la mayoría de nosotros se espera que hagamos más de lo que nos es posible hacer, es por eso tan importante que tengamos una claridad en las cosas que de verdad importan, que de verdad nos ayudan, que de verdad nos hacen felices, pero más importante aún es necesario que consultemos al Señor y que sepamos que es lo que él desea para nosotros, que necesita de nosotros y alinear nuestra voluntad con la suya e idear múltiples planes para llevarlo a cabo y ser hombres y mujeres de acción.

"Tus decisiones reflejan tus prioridades"


Que quede claro que el mejor tiempo invertido y que traerá mayor recompensa a nuestra vida es el que pasamos con nuestras familias y a quienes consideremos miembros de ella. 

Que la velocidad y la rutina no nos consuman, que las infinitas cosas increíbles que nos muestra el mundo que podemos hacer no nos aparte de las cosas que de verdad importan y que tienen trascendencia eterna. Que seamos capaces de escoger las cosas excelentes que nos entrega el señor y la vida, pero por sobre todo que seamos felices haciendo las cosas que hacemos y que cada sacrificio tenga su recompensa. 







Donde calienta el sol

Una de las cosas que más me atraen, me divierten y me interesan es conocer a personas con opinión propia. Y que a su vez son consecuentes o dan lo mejor de sí para vivir de acuerdo a sus opiniones, creencias, etc.

Este mundo está lleno de gente que se suma a las opiniones de los demás sólo por que sí, porque es mayoría, porque es conveniente, porque es fácil sin antes analizar y realizar un juicio hacia esa opinión, pasando a llevar sus gustos, sus creencias, sus deseos, sus valores, etc originando una alteración de su identidad. Está lleno de gente que va hacia donde calienta el sol y que de manera peligrosa atrae consigo más gente cuando muchas veces la opinión en cuestion no es la correcta o incluso ataca, hiere y destruye.

                          

También hay personas que buscan adherir más gente a sus ideas con un fin propio, de manera egoista y no con el ideal de aspirar a algo mejor para la mayoria, algo que eleve, que mejore, que sane.

Realmente es grato conocer personas que pueden compartir su punto de vista de forma honesta, respetuosa, tolerante y humilde y que no tratan de obligarte a pensar como ellos sino que te muestran las cosas desde su mirada y se esfuerzan por comprender como es desde tu lado.

Es importante ser capaz de reconocer que nuestra opinión muchas veces no es la correcta o le faltan puntos para ser la más acertada, decir tienes razón, me equivoque, no lo había visto desde esa perspectiva, ¡qué buena opinión! No te hace más débil, fracasado, tonto o ignorante, sino que te hace humano, capaz de evolucionar, fuerte y humilde.

Espero seamos capaces de reconocer cuando somos movidos por la masa, porque eso puede suceder, y no por eso somos los peores del mundo, sino humanos. En cambio el que se da cuenta y no hace nada o le gusta solo hace un retroceso en su progreso personal y en el de las vidas que ilumina.


Que nuestras opiniones y creencias estén basadas en valores y estandares altos, buscando un bien común, el cambio, la mejora, el progreso, lo bueno de las cosas. Que estén basadas en normas elevadas, en justicia y compasión, en amor y fraternidad.