El inicio 🙈


Una de mis metas este año es: ¡ésta! ¡un blog! Debo confesar que me gusta mucho escribir, y que constantemente estoy teniendo ideas y pensamientos sobre muchas cosas, a veces las anoto y las hago, la mayoría del tiempo quedan en la mente nada más... ¡Es momento de cambiar eso! Así que, los invito a esta nueva experiencia, que salgamos fortalecidos y con esperanza cada vez que escribamos y leamos lo que aquí habrá, porque la idea es esa, que esto no sea un blog de contar lo que me pasa cada día, para eso están los diarios de vida, sino algo que nos haga pensar, meditar y cambiar.

¿Mala suerte?

Estos meses que han pasado en serio han estado llenos de desafíos. Ha decir verdad me encantan los desafíos porque me ayudan a reconocer facetas de mi que sólo aparecen en momentos distintos al día a día y así poder ver que tengo que cambiar o que cosas estoy haciendo bien.

 Hubo un tiempo en que, como diría mi mamá, estaba meada de perro y de gato, todos los días pasaba algo, en serio. Les contaré una de mis tantas experiencias. 

 Cuando estaba a punto de terminar mis prácticas me enfermé de influenza ya que en el hospital en el que estaba había un brote y me contagié. Me dieron licencia, así que falté a mis tres prácticas, pero había una de ellas que si faltabas un día te echabas el ramo. Lo bueno es que como fuimos varios los que tenían influenza se compadecieron de nosotros y nos hicieron firmar un compromiso de que no faltaríamos más a práctica y de que nos sacaríamos sobre 4.0 en el examen final si o si. Con esta condicionante en mente, era viernes, día de práctica final en el CESFAM de Peñalolén. Tenía que llevar unas cartulinas porque íbamos a educar a un adulto mayor sobre la diabetes, dónde tiene que pincharse, tipos de comida, etc, así que la cartulina de verdad que era muy importante. Salí una hora antes en un viaje que usualmente me demoro 40 min, tome la micro y al siguiente paradero me acordé que no llevaba las cartulinas y dije; ¡LAS CARTULINAS! me bajé de la micro y fui corriendo a mi casa, literal corriendo y para darme ánimo decía: bueno, me sirve de ejercicio matutino. Saqué las cartulinas y saliendo se me cayeron al barro porque había llovido ayer y dije: ¡¿EN SERIO?! ¿JUSTO AHORA?. Las limpié y un caballero que siempre está en las mañanas que vio la situación dijo: chuta que tiene mala suerte. Salí corriendo a tomar la micro de nuevo y no pasaba ninguna y las que pasaban no paraban porque iban llenas. Desde que salí de mi casa la primera vez hice una oración para que las cosas salieran como las había planeado hoy: que pudiese llegar a tiempo y que nos fuera bien con la visita al paciente, pero todo estaba yendo mal así que la oración comenzó a transformarse en un: Por favor ayúdame a llegar a tiempo, que la micro se vaya rápido, que pase luego. y eso no sucedió. Llegue al metro y corría por el intermodal para pillar el color correcto y mientras oraba pidiendo que justo estuviera el color de la estación, que no hubiese mucha gente y adivinen que? justo estaba el metro que necesitaba, pero no alcancé a subir y se cerró la puerta en mi cara. Me sentía tan frustrada porque en serio estaba dando todo de mí, corriendo, tratando de tener ánimo, etc. aún quedaba la esperanza de llegar justo a tiempo. Cuando iba en la primera parte del metro oraba pidiendo que en la segunda parte cuando hiciera combinación alcanzara a tomar el color de la estación para poder llegar a tiempo a la micro que me lleva al CESFAM y adivinen qué? corrí y corrí para hacer combinación y de nuevo se me cerro el metro que necesitaba justo en mi cara. Ya era obvio que iba a llegar tarde, pero por 5 o 10 min así que cambié la oración para que por favor la profe llegara tarde y nadie se diera cuenta de que llegaría tarde, porque la profesora tiene el poder de devolverte a tu casa y ponerte ausente por llegar tarde, ya estaba condicional de echarme el ramo si faltaba una vez más, y si me echaba el ramo me atrasaba un año y no podría ir al otro semestre a comunitaria que es lo que más me gusta, además de pagar 4 millones extra, así que en resumen estaba con la media pera. Oraba pidiendo un milagro con toda la fe posible. llegue al paradero de la micro, la tomé y no ubicaba bien donde bajarme así que le pregunté a una señora y me dijo: aquí está el CESFAM, le dije: ¿segura? me dijo que si, así que me bajé y adivinen qué? ¡ME HABÍA BAJADO 4 PARADEROS ANTES! atiné a correr y a orar pidiendo un milagro, pedía que la profe hubiera llegado tarde porque es conocida por ser estricta y exigente, mientras corría me fijaba si venia algún taxi y todos venían llenos, hasta que pude tomar uno. Llegue media hora tarde y dije: ya, si está la profe, le cuento todo lo que me pasó, apelo a su misericordia y si me devuelve a mi casa me pongo a llorar para que me deje en la práctica y así no echarme el ramo. 

 Estaba la profe, le conté todo entre jadeo y tratando de respirar por haber corrido tanto y me dijo: ya siéntese y póngase a trabajar. Me sentí la persona más afortunada del planeta y solo atinaba a dar gracias al Señor en mi mente y a darle las gracias a ella por haberse compadecido de mi. 

 Tenemos "la tendencia del “hombre natural” de exigir con impaciencia e insistir incesantemente recibir las bendiciones que deseamos y que creemos merecer". Aunque lo que pedí fue cumplido, no fue de la forma en que quería y esperaba, pero que si era necesario para mi. Debemos ser humildes para aceptar lo que necesitamos por sobre lo que queremos. “Debemos tener una fe firme en el Salvador para aceptar sumisamente Su voluntad y Su tiempo en nuestra vida, incluso si el resultado no es lo que deseamos o esperamos”.
“Dios espera y confía en que enfrentemos la adversidad temporal con Su ayuda, aprendiendo lo que debemos aprender y siendo lo que debemos llegar a ser en la eternidad”. Muchas de esas cosas que deseamos realmente las necesitamos. Él sabe que tenemos necesidad de todas las cosas, pero debemos pedírselas. 

 Es necesario que “obtengamos la fe de que el Señor está al mando, sea cual sea el resultado, y que Él nos guiará desde donde estamos a donde tenemos que estar. Al orar, nuestras súplicas deben pasar de ‘Te suplico que’ a ‘Te suplico que me des la fe para aceptar cualquier resultado que Tú hayas preparado para mí’”. Él siempre hará lo que es mejor para nosotros, porque nos ama y tiene una visión mucho más amplia de lo que nosotros podemos ver en el momento, aunque eso signifique ponernos al límite física y emocionalmente.
“La rectitud y la fe son fundamentales para mover montañas, si el mover montañas cumple con los propósitos de Dios y está de acuerdo con Su voluntad. Además de comprender que no se trata de que Él hará lo que pedimos, sino que Él puede hacerlo. Tenemos que creer que Él puede hacerlo; y luego, si lo hace o no, depende de Él.” 

 “No sé por qué algunas personas aprenden las lecciones de la eternidad a través de las pruebas y el sufrimiento, mientras que otras las aprenden por medio del rescate y de la sanación”. Pero si sé que todo lo que pasamos por esta vida, si lo sobrellevamos bien, será para nuestro provecho y nos servirán de experiencia.