El inicio 🙈


Una de mis metas este año es: ¡ésta! ¡un blog! Debo confesar que me gusta mucho escribir, y que constantemente estoy teniendo ideas y pensamientos sobre muchas cosas, a veces las anoto y las hago, la mayoría del tiempo quedan en la mente nada más... ¡Es momento de cambiar eso! Así que, los invito a esta nueva experiencia, que salgamos fortalecidos y con esperanza cada vez que escribamos y leamos lo que aquí habrá, porque la idea es esa, que esto no sea un blog de contar lo que me pasa cada día, para eso están los diarios de vida, sino algo que nos haga pensar, meditar y cambiar.

La esencia del amor

El concepto amor esta tan trastocado que creí sería bueno compartir que es el amor para mí, pero no crean que me voy a poner cursi y decir cosas clichés.

Una de las cosas que más pena me da es cuando dicen que el amor es malo, que trae problemas, que no vale la pena, que es una pérdida de tiempo, que duele y muchas cosas de ese estilo.  La verdad, no puedo imaginar la experiencia que hayan vivido para pensar que el amor es eso, pero claramente esas definiciones no van al caso.

La mayor bendición que podemos recibir en esta vida es dar y recibir amor. He sido tan amada que he creído que nunca podría alguien amarme más y he amado tanto que he creído que no podría amar a nadie más de esa forma. 

Ser amados nos da fuerza y amar a los demás nos da valentía. El verdadero amor es poder, es gozo, es diligencia y perseverancia, es paciencia, es perdón, es progreso, es servicio, es libertad, es perfecto. Somos nosotros los que ensuciamos el amor con nuestra imperfección, con nuestras malas decisiones.
                 
                            
                                 "El amor nunca se rinde"

Siempre he pensado que nosotros simplemente debemos amar a los demás, dejar que el amor fluya, que corra, no hay que dejarlo dentro, aunque no sea correspondido ni siquiera en intensidad, cada vez que amamos los que ganamos somos nosotros. Porque amar es algo divino, nos purifica, nos eleva, nos fortalece, nos vuelve humildes. Pero ¡hay que ser mansos, pero no mensos!

Podría contarles las incontables veces que me han roto el corazón y no hablo solamente de una manera romántica sino también de amistad, de vínculos, etc. La mayoría me diría, pero Javiera! entregas mucho, sientes mucho! y si es cierto, pero no me arrepiento, cada vez que he dado y que he sentido amor aunque no sea retribuido, aunque no sea valorado, aunque no sea apreciado la que siempre ha ganado más he sido yo. Porque he sentido lo maravilloso de amar y de entregar amor, es un sentimiento que purifica nuestro espíritu, que ennoblece nuestra alma, nos hace un poco más celestiales y esa es una de las mayores bendiciones que podría tener, sentir que toco el cielo.

Es necesario que demostremos amor a los demás, en actos primeramente y luego en palabras, el amor al igual que la fe es de acción. No podemos decir que amamos sino lo demostramos.  El amor nos mueve, sino nos estamos 'moviendo' no es amor. 
                     

Muchas veces he deseado sentir el amor de cristo y de mi padre celestial de manera tangible, sentir sus abrazos de felicitaciones o de consuelo, una historia graciosa para alegrar las penas, que limpie mis lágrimas cuando me siento frustrada, que me entregue su sabiduría perfecta cuando necesito guía. Ellos no pueden bajar y darnos ese amor tangible, pero nos ha puesto a nosotros para comunicar su amor a los demás. Somos los responsables de entregar ese amor divino.

Hay personas que creen que las muestras de amor deben ser complejas, extraordinarias y sufridas, cuando en realidad las muestras de amor deben medirse por la intención del corazón. Cuando tu mamá te regalonea, cuando tu papá te da un consejo, cuando tus hermanos te ayudan en tus tareas diarias, cuando tus amigos muestran preocupación sincera por ti, cuando tus maestros se preocupan por tu progreso, cuando tus abuelos te preparan cositas ricas y te dan regalitos.

Seamos personas fáciles de amar y amemos a los demás, porque todos merecemos un poco de amor celestial.