Este mundo está lleno de gente que se suma a las opiniones de los demás sólo por que sí, porque es mayoría, porque es conveniente, porque es fácil sin antes analizar y realizar un juicio hacia esa opinión, pasando a llevar sus gustos, sus creencias, sus deseos, sus valores, etc originando una alteración de su identidad. Está lleno de gente que va hacia donde calienta el sol y que de manera peligrosa atrae consigo más gente cuando muchas veces la opinión en cuestion no es la correcta o incluso ataca, hiere y destruye.
También hay personas que buscan adherir más gente a sus ideas con un fin propio, de manera egoista y no con el ideal de aspirar a algo mejor para la mayoria, algo que eleve, que mejore, que sane.
Realmente es grato conocer personas que pueden compartir su punto de vista de forma honesta, respetuosa, tolerante y humilde y que no tratan de obligarte a pensar como ellos sino que te muestran las cosas desde su mirada y se esfuerzan por comprender como es desde tu lado.
Es importante ser capaz de reconocer que nuestra opinión muchas veces no es la correcta o le faltan puntos para ser la más acertada, decir tienes razón, me equivoque, no lo había visto desde esa perspectiva, ¡qué buena opinión! No te hace más débil, fracasado, tonto o ignorante, sino que te hace humano, capaz de evolucionar, fuerte y humilde.
Espero seamos capaces de reconocer cuando somos movidos por la masa, porque eso puede suceder, y no por eso somos los peores del mundo, sino humanos. En cambio el que se da cuenta y no hace nada o le gusta solo hace un retroceso en su progreso personal y en el de las vidas que ilumina.
Que nuestras opiniones y creencias estén basadas en valores y estandares altos, buscando un bien común, el cambio, la mejora, el progreso, lo bueno de las cosas. Que estén basadas en normas elevadas, en justicia y compasión, en amor y fraternidad.